30 mayo 2006

Víctimas y verdugos

30 de mayo de 2006

El simple hecho de cuestionarme si debo dar mi opinión y en el caso afirmativo cuidar extremadamente los modos y la forma de tan delicado asunto, indica que de forma consciente o inconsciente incluso estoy practicando la autocensura, cosa que en un Estado democrático como el nuestro, donde la Constitución ampara y protege la libertad de opinión, no puede considerarse en modo alguno como una buena señal.
Si entendemos el terrorismo como el uso de la violencia o amenazas de recurrir a ella con fines políticos, dirigida contra víctimas individuales o grupos, puedo decir que lo conozco de primera mano.

Los insultos, la violencia y las amenazas de bomba en tiempos no tan lejanos, ejercida por la extrema derecha contra la asociación feminista en la que yo militaba lo acreditan. Un compañero, por llevar en una manifestación la bandera de Andalucía y por sus ideas políticas sufrió en sus carnes la violencia, llegando a tener que ingresar en Cuidados Intensivos. Ví como días después, en el hospital, seguía llevándose las manos a la cara que tenía totalmente desfigurada y con expresión de terror intentaba protegerse, creyéndose que aún seguían agrediéndole y que no había terminado la violencia todavía; En esos momentos su estado era de semiinconsciencia. Ignoro si debido a las secuelas psicológicas pudo terminar su carrera de medicina. Todos estos hechos me llevan a afirmar que conozco la violencia ejercida contra las ideas políticas que conocemos bajo el nombre de “terrorismo”.

Las personas no poseemos el gen de la inteligencia entre otras cosas porque no existe. Existen la cultura y la utilización de la misma para hacernos más humanos. Esto se demuestra en que la historia de la humanidad no ha ido en progresión continua, sino que ha evolucionado e involucionado a lo largo del tiempo en función de las culturas dominantes y de la percepción de la realidad que los miembros de estas culturas hayan tenido.

Sólo así pueden explicarse aberraciones que están ocurriendo en la realidad. Como que ETA busque asesoramiento político en el Congreso Nacional Africano, y que además éste se lo proporcione. Los dirigentes de este Congreso deben ser víctima de engaños y de una distorsión tal de la realidad que prestan ayuda a personas que defienden uno de los racismos más radicales y sanguinarios que haya existido. ETA, durante sus años de existencia ha matado, secuestrado y torturado basándose en si eres vasco o no, siendo ellos quienes te otorgaban el derecho a serlo según sus criterios. Esta decisión que ellos tomaban unilateralmente influía del todo en la vida cotidiana, en estar amenazado o no y te mantenía en la mayoría de los casos entre la vida y la muerte. Es como si los militantes del Congreso Nacional Africano reconocieran y dieran ánimos a los creadores del Apartheid, vigente hasta 1994.

Si esto me parece una aberración que se produce en el exterior de nuestro país, también tengo que decir que la actitud de mercadería del dolor que practica el presidente de la Asociación de Víctimas del Terrorismo, el señor Alcaraz, me parece absolutamente abominable. La utilización partidaria e ideológica que este señor está llevando a cabo en los últimos tiempos me resulta tan repugnante que, aun sin conocer qué mecanismos usa para seguir en la presidencia de la asociación y basándome en que se mantiene en ella, tengo la firme convicción de que estas personas están siendo dos veces víctimas: de ETA y de la manipulación del señor Alcaraz y de los sectores más radicales de la extrema derecha española. Sólo puedo llegar a la conclusión de que el terrorismo no sólo mata, sino que pervierte la realidad hasta límites insospechados. En el caso del señor Alcaraz, lo ha llevado a convertirse de víctima en verdugo, puesto que la utilización bastarda del dolor y el sufrimiento, así como sus intentos de que fracase el actual proceso de paz no tiene otro calificativo.

PD.: Pido disculpas si he podido ofender a alguien. No era esta mi intención; pero he decidido que entre la autocensura y la libertad, siempre escogeré esta última.

28 mayo 2006

Irak, el enemigo inexistente

27 de mayo de 2006


Dante, en su Divina Comedia presentaba el infierno con una continuidad de nueve anillos, en el cual los pecadores pagaban sus culpas. Si lo hubiera escrito en la actualidad, no me cabe duda de que le hubiera añadido un décimo para dar albergue al ejecutivo anterior, con el señor Aznar como presidente y el señor Rajoy desempeñando el cargo de vicepresidente. Este gobierno tomó la decisión de participar en una guerra que se ha cobrado más de 40.000 vidas, ha producido innumerables heridos, amputaciones graves y ha dado lugar a personas que padecerán trastornos psicológicos de manera permanente.

Se confirma que Irak en ningún momento dispuso de armas de destrucción masiva que estuvieran dispuestas y a punto de entrar en acción. Por lo tanto, no se puede afirmar que Sadam Hussein fuera una amenaza inminente contra Europa y América. De igual forma se certifica que no tenía ningún tipo de contacto con redes terroristas, ni mucho menos les daba adiestramiento, ni las financiaba.

La única explicación que dan los señores Bush, Blair o Aznar para justificar la masacre, es la de haber dado la libertad al pueblo Iraquí al terminar con el mando del tirano, en el sentido, como es lógico, institucional.

No puedo pedir explicaciones a mandatarios extranjeros, pero como ciudadana española sí que puedo exigírselas a los dirigentes políticos españoles que en su día tomaron la decisión de participar en la guerra; sigan a día de hoy activos en la política (Rajoy) o no (Aznar).

El error cuando cuesta vidas humanas es deplorable, por negligente y absurdo; pero cuando las decisiones se basan en mentiras, estas se convierten en delitos.

Los ciudadanos de este país desconocemos cuál fue la fuente de información que el ejecutivo anterior dio por fidedigna para, de manera colegiada, o sea entre todos, según nuestra Constitución, tomaran la decisión de hacernos participar en una guerra a la que Naciones Unidas nunca dio su aprobación. Por lo tanto era, es y seguirá siendo ilegal.

La situación de Irak es tan precaria que ni siquiera se puede afirmar que como mínimo se acabó con la dictadura de Sadam y que esto fue bueno. Lo único de lo que podemos tener certeza es que cuando las tropas se marchen de allí, lo harán sabiendo que se ha producido la paradoja de que destituyeron a un tirano para hacer germinar a muchísimos más: numerosos jefes terroristas que masacran a la población civil y que están esperando al acecho para tomar el poder e imponerse a sangre y fuego.

La muerte, la tortura, la miseria y los asesinatos a modo de represalias que cada día vamos conociendo, ejercidas por las tropas liberadoras, es una vergüenza democrática para todos/as aquellos que optaron por la acción bélica. Estos actos, para mí y creo que igual para todos/as los que no estuvimos de acuerdo con la invasión de Irak, no tienen fecha de caducidad por más que lo quiera el Partido Popular. En el uso de mis derechos constitucionales seguiré pidiéndoles explicaciones, hasta que las den o hasta que la justicia decida.

26 mayo 2006

Javier y sus mentiras

26 de mayo de 2006


Afirmaba Anaxágoras: “Si me engañas una vez, la culpa es tuya. Si me engañas dos, la culpa es mía”. Estas palabras del filósofo griego adquieren plena vigencia y actualidad ahora que nuestra comunidad autónoma intenta contar con más medios para seguir creciendo y evolucionando, en términos económicos y sociales.

La postura del PP andaluz con su presidente el señor Javier Arenas a la cabeza, demuestra una estrechez de miras y un cinismo inaceptables y difícil de calificar. Tendría que tener en cuenta que los andaluces no nos dejamos engañar, por muy bien que nos mientan. En este caso, la culpa, señor Arenas, nunca será nuestra. señor Arenas, no le dimos la oportunidad de engañarnos una primera vez, así que comprenderá que en ningún caso pensamos darle una segunda.

En estos días anda usted afirmando que es una pena que el partido socialista haya roto el consenso en torno al Estatuto de Autonomía. Me permito recordarle, señor Arenas, que usted nunca participó de ningún consenso. Usted se vio obligado a aceptar la voluntad del pueblo andaluz, que le impuso el Estatuto de Autonomía por la vía 151 en vez de la 143, que era la que usted pretendía. Y si alguien alberga alguna duda al respecto, sólo tiene que echar un vistazo a las hemerotecas para comprobar la veracidad de mis palabras.

Así que cuando hace usted estas afirmaciones, miente, y miente con la esperanza de engañarnos una primera vez. Por fortuna, no se han cumplido las palabras del filósofo griego en nuestra comunidad, porque si por algo se caracteriza el pueblo andaluz desde siempre ha sido por su sabiduría. Sabiduría que se asienta en una inmensa memoria histórica colectiva de la que participamos todos y todas.

Además de esta falsedad concreta y evidente, hay que ver la facilidad que tienen ustedes los del PP para adueñarse de lo que no es suyo, porque nunca lo defendieron. Hacen gala de una doble moral que escandaliza: estuvieron ustedes en contra de la Constitución, pidieron el “No” y sin embargo ahora son sus máximos defensores. Igual que su negativa al divorcio; y en la actualidad algunos de sus dirigentes se divorcian hasta 3 veces.

Podría seguir poniendo ejemplos, pero no creo que merezca la pena. Lo que sí es cierto, señor Arenas, es que la mentira adquiere en sus labios una nueva dimensión. Se multiplica hasta el infinito, se repite hasta la saciedad y se refina hasta límites insospechados. Pero por más que mienta, no logrará engañarnos. Tiene usted en su contra que en Andalucía conocemos al personaje.

19 mayo 2006

Actores del medievo

19 de mayo de 2006

El teatro medieval profano se emancipó del drama litúrgico para representarse fuera de la Iglesia. Los intérpretes eran con frecuencia aficionados analfabetos; las obras se escribían en forma de copla para facilitar su memorización. Fiel a la visión medieval del mundo, la precisión histórica no importaba y la lógica causa–efecto tampoco. Así que las obras estaban llenas de anacronismos y de tópicos; se reflejaban en ellas los atrasos de la época.

Todo esto lo han tenido en cuenta los parlamentarios de la asamblea de Madrid, cuando llevaron a la puesta en escena, el atrezzo de las esposas para pedir la dimisión del Ministro del Interior. Demostraron que eran unos auténticos representantes del medievo. Los dos militantes del PP fueron citados a declarar en la comisaría; en ningún momento estuvieron esposados, tuvieron asistencia legal a su disposición todo el tiempo, y pudieron hacer uso de sus móviles sin restricciones. Tras tres horas y media de declaración, salieron de las dependencias policiales sin más.

Los policías que los interrogaron han sido condenados a 3 y 5 años de cárcel. No tengo la menor duda de que el Supremo pondrá la situación en sus justos términos, ya que, quiero recordarles a los parlamentarios del PP, la sentencia no es firme.

Durante las manifestaciones en contra de nuestra participación en la guerra de Irak, cuando el señor Acebes era Ministro del Interior, pudimos ver por televisión a un anti–disturbio de la Comunidad de Madrid golpear con brutal saña, de manera fría y premeditada y sin que mediara provocación o amenaza alguna, en la cabeza a una ciudadana que casi perdió el sentido y sangró abundantemente hasta que recibió atención médica. ¿Se imaginan ustedes si en aquellos momentos de crispación, en los que a los manifestantes contra la guerra se nos llamaba “radicales”, los diputados del resto de la cámara se hubieran presentado con porras para escenificar la brutalidad de la agresión y pedir la dimisión de Acebes?

No quisiera ser cruel, pero en democracia y en libertad debe opinarse sobre la realidad, por muy dura que esta parezca: ¿Se imaginan que, a modo de atrezzo, alguien colocaran vísceras y sangre artificial escenificando la muerte de los miembros de los servicios de inteligencia españoles como consecuencia de la orden de participación dada por el señor Aznar y coreada por su grupo?

¿Cómo se podría escenificar el intento de agresión física que protagonizó el señor Hernando contra el señor Pérez Rubalcaba en los pasillos del congreso?

Ahora amenazan con querellas criminales contra los socialistas catalanes por su eslogan para el referéndum de su comunidad autónoma. El partido popular, debido a su ausencia de cultura democrática, está jugando a un juego muy peligroso en una democracia, y que consiste en el descrédito continuo y permanente de las instituciones, tratando de tapar a sí su radicalización y su falta de proyecto político.

Por tanto me pregunto: ¿este tipo de personas se merecen ser representantes del pueblo y “desde la oposición” “mejorar” el uso que haga el ejecutivo de las instituciones para un óptimo funcionamiento de la democracia?

13 mayo 2006

Martínez Pujalte y su sopa de ganso

Sevilla, 11 de mayo de 2006

Afirmaba Óscar Wilde que la vida era una magnífica obra de teatro llevada a cabo por unos pésimos actores. Después de asistir a la actuación del diputado del PP, el señor Martínez Pujalte en el Congreso, no tengo más remedio que admitir esta aseveración como una verdad incuestionable.
Señor Pujalte, desconozco si la actuación de esta tarde fue un acto espontáneo, o si por el contrario obedece a una estrategia política en la cual, durante reparto de papeles, le asignaron a usted interpretar el personaje de Arlequín. Forzar al presidente de la cámara, al señor Marín, a que le expulsara después de que le advirtiera y amonestara hasta en tres ocasiones, así como las dos reverencias efectuadas al bajar las escaleras, demuestra que tenía muy asumida su interpretación y que la escenificó lo mejor que pudo. Resultaron también llamativos los gritos de ánimo, las carcajadas y las palmaditas en la espaldan que le dieron sus compañeros de grupo parlamentario.
Si su dramatización fuera, como dije al principio, espontánea, me permito comunicarle que fue lamentable. Usted es un representante del pueblo y como tal debe comportarse ante la cámara, dignificando el sistema democrático, luchando legítima y democráticamente. Olvidó por completo a aquellos a quienes representa.
Si por el contrario usted se limitó a desempeñar el papel que su partido le asignó, que se prestase a hacerlo, comportándose de manera tan vergonzosa, es síntoma de que su dignidad política es tan pobre como manipulable. De todos modos, bajo ninguna de estas dos circunstancias, la actuación que ha llevado a cabo es lo mejor para nuestro sistema parlamentario, ni tampoco ofrece un ejemplo de convivencia a los ciudadano/as de nuestro país.
También puede suceder que usted, señor Pujalte, haya equivocado su profesión y realmente a lo que deba dedicarse es a las representaciones teatrales y llevar a escena, o mejor dicho, dado su lamentable potencial, perpetrar agresiones basadas en obras como Rinconete y Cortadillo, La importancia de llamarse Ernesto o El Sueño de una noche de verano. Seguro que en sus manos se transforman en pesadillas.
Carlos Cipollo avanza la siguiente definición sobre la estupidez: una persona estúpida es la que causa daño a otra persona o grupos de personas sin obtener al mismo tiempo provecho para sí, o incluso obteniendo un perjuicio. Me temo mucho que este es su caso, señor Martínez Pujalte. Su actuación causa daño a las instituciones, que son la representación colectiva de la soberanía popular, y además se causa daño a sí mismo. Puesto que cuando pasen las palmadas, las felicitaciones, risas de solidaridad y aprobación de sus compañeros, sabe muy bien que la interpretación de ese papel lo descarta para el desempeño de cualquier puesto de responsabilidad que requiera de un mínimo de decoro y seriedad.
Usted es el exponente de una inteligencia fracasada, incapaz de ajustarse a la realidad de comprender lo que pasa y de dar soluciones a los problemas sociales y políticos. Cuando se equivoca, sistemáticamente desaprovecha ocasiones y hace del disparate una forma de vida.

06 mayo 2006

La antítesis de Kant

6 de mayo de 2006


Kant definía la Ilustración como la mayoría de edad de la humanidad, una liberación de la inteligencia de los controles externos: “atrévete a saber”. Afirmó su fe en la bondad humana, su creencia optimista en la razón y su confianza en la investigación empírica, cuyos enemigos eran la tiranía política, el fanatismo religioso, la hipocresía moral y el prejuicio.

Si Inmanuel Kant hubiera expresado estas ideas en la actualidad en los Estados Unidos, probablemente se convertiría en el enemigo público número uno de la administración Bush, porque son la antítesis de lo que es hoy la nación más poderosa del mundo.

Tras la Segunda Guerra Mundial afloraron dos grandes potencias: Estados Unidos y Unión Soviética. Tras el derrumbe de esta última, Estados Unidos se convirtió en imperio, como lo fuera antes España, Francia o Inglaterra. Como en todo imperio ha anidado en él la prepotencia, abandonando en la actualidad algunos de los principios que lo hicieron grande de la mano de aquellos protestantes radicales, llamados puritanos porque pretendían limpiar el culto a Dios de toda liturgia católica, así como por no admitir que su Iglesia tuviera una cabeza visible, y más si ésta era portadora de la corona.

En todos los años anteriores, durante la llamada Guerra Fría, las distintas administraciones del país, en especial los republicanos, apostaron por el uso desmedido de la fuerza y la violación de los derechos humanos. El miedo al comunismo lo hacía todo lícito en aras de la preservación de la democracia del monstruo. Para esto no dudaron en financiar golpes de estado que produjeron miles de muertos, torturas y ruinas económicas.

Cabe recordar que, por su parte, la Unión Soviética hacía lo propio, reprimiendo cualquier aire de libertad que recorriera sus territorios a través de gobiernos títeres y armando a cualquier grupo de insurgentes que estuvieran dispuestos a usar la fuerza y tuvieran algún tipo de afinidad con el Kremlin.

Estos excesos del pasado no ensombrecen en modo alguno otros hechos, como que tras la guerra de la Independencia, que terminó con la expulsión de los británicos, nunca tuvieron un rey o un dictador; superaron la crisis económica del 29 gracias a la gestión del presidente Roosevelt y su política del nuevo día; consiguieron dejar atrás el mccarthysmo y su caza de brujas; cuando fue necesario salieron a la calle y lograron parar la guerra de Vietnam y que los suyos volvieran a casa. Todo esto sin contar con que ofrecieron refugio a millones de europeos que huían de la miseria y que allí encontraron acomodo y una nueva vida, así como su participación decisiva para acabar con el inmundo régimen nazi.

Aciertos y errores han ido de la mano en este gran país. Sin embargo, la actual situación que se vive tras la intervención en Irak, ha introducido un elemento nuevo que hasta la fecha era desconocido para los americanos. Su servicio de inteligencia siempre pagó, hasta la fecha, a militares o policías extranjeros para que les hicieran el trabajo sucio. Actualmente, son sus propios ciudadanos los que torturan en las cárceles de Irak, los que organizan vuelos secretos a terceros países para que nadie pueda seguir el rastro de sus fechorías, los que cometen asesinatos que permanecen impunes.

Estos siniestros patriotas, que atormentan con perros, mantienen las luces encendidas en las celdas las 24 horas y propinan palizas mortales, antes o después, cuando todo acabe, volverán a sus casas y llevarán con ellos la semilla de la barbarie y de la violación de Derechos Humanos. Serán los que se crucen con sus compatriotas, les atenderán en la oficina de correos, se harán policías o de alguna otra profesión.

¿De verdad piensa alguien que estos sujetos van a defender y acatar el sistema democrático de su país, cuando se les ha permitido realizar todo tipo de tropelías contra los Derechos Humanos en el exterior con total impunidad?

Hoy en día, Estados Unidos se ha convertido en la antítesis del pensamiento Ilustrado, el que representaba Inmanuel Kant. Estados Unidos ha demostrado su falta de inteligencia al invadir Irak; ha dejado patente su ausencia de mayoría de edad; ha faltado a la bondad humana, como podemos comprobar en su trato a presos que, sin ningún tipo de garantía judicial, con capuchas, privados del sentido de la vista, van en fila india cubiertos de cadenas. Están ejerciendo la tiranía al sobornar a los países del Este para montar cárceles clandestinas y son unos fanáticos religiosos porque, después de todo esto, cuando se termina una alocución pública al país desde instituciones civiles, no se deja de decir “que Dios Bendiga a América”