Javier y sus mentiras
26 de mayo de 2006
Afirmaba Anaxágoras: “Si me engañas una vez, la culpa es tuya. Si me engañas dos, la culpa es mía”. Estas palabras del filósofo griego adquieren plena vigencia y actualidad ahora que nuestra comunidad autónoma intenta contar con más medios para seguir creciendo y evolucionando, en términos económicos y sociales.
La postura del PP andaluz con su presidente el señor Javier Arenas a la cabeza, demuestra una estrechez de miras y un cinismo inaceptables y difícil de calificar. Tendría que tener en cuenta que los andaluces no nos dejamos engañar, por muy bien que nos mientan. En este caso, la culpa, señor Arenas, nunca será nuestra. señor Arenas, no le dimos la oportunidad de engañarnos una primera vez, así que comprenderá que en ningún caso pensamos darle una segunda.
En estos días anda usted afirmando que es una pena que el partido socialista haya roto el consenso en torno al Estatuto de Autonomía. Me permito recordarle, señor Arenas, que usted nunca participó de ningún consenso. Usted se vio obligado a aceptar la voluntad del pueblo andaluz, que le impuso el Estatuto de Autonomía por la vía 151 en vez de la 143, que era la que usted pretendía. Y si alguien alberga alguna duda al respecto, sólo tiene que echar un vistazo a las hemerotecas para comprobar la veracidad de mis palabras.
Así que cuando hace usted estas afirmaciones, miente, y miente con la esperanza de engañarnos una primera vez. Por fortuna, no se han cumplido las palabras del filósofo griego en nuestra comunidad, porque si por algo se caracteriza el pueblo andaluz desde siempre ha sido por su sabiduría. Sabiduría que se asienta en una inmensa memoria histórica colectiva de la que participamos todos y todas.
Además de esta falsedad concreta y evidente, hay que ver la facilidad que tienen ustedes los del PP para adueñarse de lo que no es suyo, porque nunca lo defendieron. Hacen gala de una doble moral que escandaliza: estuvieron ustedes en contra de la Constitución, pidieron el “No” y sin embargo ahora son sus máximos defensores. Igual que su negativa al divorcio; y en la actualidad algunos de sus dirigentes se divorcian hasta 3 veces.
Podría seguir poniendo ejemplos, pero no creo que merezca la pena. Lo que sí es cierto, señor Arenas, es que la mentira adquiere en sus labios una nueva dimensión. Se multiplica hasta el infinito, se repite hasta la saciedad y se refina hasta límites insospechados. Pero por más que mienta, no logrará engañarnos. Tiene usted en su contra que en Andalucía conocemos al personaje.
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