30 junio 2007

Orgullo Gay

Sevilla, 30 de junio de 2007

Uno de los colectivos que más persecución ha sufrido en nuestra reciente historia ha sido, de manera indiscutible, el homosexual.

Cabe subrayar que, después del holocausto nazi, muchas víctimas no hebreas del exterminio fueron indemnizadas. Sin embargo, a los gays se les privó de cualquier compensación, puesto que sus tendencias sexuales eran consideradas como una enfermedad degradante, y no como una opción de cualquier ciudadano/a.

En el siglo XIX, el neurólogo alemán Richard von Krafft-Ebing afirmaba que la homosexualidad era una degeneración neuropática hereditaria, la cual supuestamente se agravaba por un exceso de masturbación. Posteriormente, Sigmund Freud postuló la existencia de una predisposición fisiológica y la etiquetó como desviación sexual.

No fue hasta mediados del siglo XX cuando, tras una serie de investigaciones y pruebas psicológicas, Alfred Charles Kinsey demostró que no se trataba de ningún tipo de patología, sino sencillamente de una opción más que poseía el ser humano; y no fue hasta 1973 cuando oficialmente la Asociación de Psiquiatría de Estados Unidos eliminó de su lista la homosexualidad como enfermedades mentales.

Cualquier persona con capacidad para ponerse en lugar del otro puede imaginar el sufrimiento que han padecido los homosexuales por su orientación.

Para mí, como ciudadana, es motivo y muestra de libertad la celebración del día del Orgullo Gay y que se lleve a cabo en Madrid. Ojalá llegue a ser una realidad en todos los países del mundo. Lo que me causa extrañeza y aun estupor es que la organización haya aceptado subvenciones del Ayuntamiento de Madrid, presidido por el señor Ruiz Gallardón. Parece que se haya olvidado la reacción del PP cuando los socialistas propusimos y aprobamos, con el resto de la Cámara, la ley que permitía el casamiento entre personas del mismo sexo. Destacados/as dirigentes del Partido Popular realizaron todo tipo de declaraciones absolutamente pornográficas que no reproduciré aquí: ahí están en las hemerotecas. Y recordemos el recuso de anti constitucionalidad que la plana mayor del PP, con el señor Rajoy a la cabeza, planteó ante los tribunales.

Dicho esto, cabe la siguiente reflexión: la proporción de fondos por parte de la derecha más rancia de este país se trata tan sólo un burdo intento de lavar su cara más intransigente y homofóbica, cosa que se puede considerar una falta total de respeto hacia quienes defendieron su libertad individual y colectiva, que sufrieron represalias, persecución y hasta cárcel. Amnistía Internacional denuncia que dicha persecución se sigue produciendo en más de setenta países y que en ocho incluso se les condena a muerte.

Qué frágil es para algunos/as la memoria. ¿Recordáis lo de la señora Botella? “Una pera es una pera, y una manzana es una manzana”.

No quiero concluir este escrito sin felicitar de todo corazón a las personas que, con su lucha continua, permiten la celebración del Orgullo Gay.

06 junio 2007

Los apóstoles y el Mesías

Sevilla, 6 de junio de 2007


Una de las frases más brutales y carente de humanidad que jamás había escuchado a un dirigente político las pronunció el anterior presidente del Gobierno, José María Aznar, cuando manifestó tras decidir la participación de nuestras tropas en la guerra contra Irak, que había personas que “deseaban” que se produjeran muertes de soldados españoles en el conflicto y que “esperaban a que llegaran los ataúdes” para comenzar a hacer política.

Estas palabras malintencionadas, así como otras muchas que hemos podido oírle decir, dan muestra más que sobrada de su catadura moral. Por suerte, el actual presidente del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, ordenó el regreso de las tropas y evitó que la frase “profética” de Aznar se convirtiese en una realidad.

Lo que no pudo impedirse, por desgracia, fue el atentado perpetrado el 11 de marzo por grupos islamistas que costó la vida de 192 personas. Fue la respuesta terrorista a la participación de nuestras fuerzas armadas en el conflicto, como se demuestra día tras día en el juicio que se celebra actualmente por estos hechos.

El comunicado de ETA con el que da por finalizado el alto al fuego debería de haber llenado de gozo y satisfacción a los apóstoles del PP: Ángel Acebes, Zaplana, Elgorriaga, Mayor Oreja, entre muchos otros. Ante nosotros se presenta el Mesías Mariano Rajoy, quien a estas alturas y tras haber utilizado durante meses la sangre, el sufrimiento y el dolor como arma electoral, se atreve a pedir al presidente rectificaciones. Señor Rajoy, ¿qué tipo de rectificaciones desea usted que se hagan después de manifestar en semanas anteriores que el Gobierno había traicionado la memoria de las víctimas?

La rectificación, señor Rajoy, debe venir de usted y de su partido. Sería la primera vez en la historia que una organización terrorista que consigue sus fines, como ustedes afirman una y otra vez, rompe el alto al fuego con los siguientes términos: “El talante del presidente Zapatero se ha convertido en fascismo. El Gobierno respondió al alto al fuego con detenciones, torturas y acoso”. No sé qué otras pruebas quieren que les demuestre que en ningún momento se ha producido ningún tipo de cesión ante la banda de asesinos de ETA.

Por otra parte, quiero dar mi apoyo y mi solidaridad a mis compañeros y compañeras de Euskadi, que consiguieron hacerme sentir viva tras compartir con ellos la jornada de las elecciones municipales y forales.

También deseo mostrar mi agradecimiento al compañero y compañera de mesa de EA, quienes tras el accidente que sufrí no me dejaron sola en ningún momento hasta conseguirme un taxi. Para alguien del sur como yo, en aquella fría noche no me cupo duda de que si consiguen trasladar a la política el mismo calor humano que me transmitieron a mí, todos y todas las demócratas evitaremos mucho sufrimiento.

En los próximos tiempos, la lucha presentará dos frentes: de un lado, las pistolas y la violencia de ETA. De otro, el mal que ocasionan los apóstoles del PP y su Mesías.