07 octubre 2006

Guerra sucia

Sevilla, 7 de Octubre de 2006


Hay frases, expresiones hechas que se suelen utilizar coloquialmente para definir ciertas cosas, estados de ánimo, situaciones económicas, etc., entre estas formas de expresión, que todos/as usamos con mayor o menor fortuna, para mi siempre hay una que ha sobresalido de las demás, me refiero ni más ni menos a “Guerra Sucia”, con esta expresión significamos unos hechos que están mal y que carecen de honestidad.

Pero de una afirmación tan tajante, también puede surgir una pregunta tan acuciante como dudosa, ¿hubo alguna vez alguna guerra limpia? el simple hecho de que individuos de una misma especie se eliminen unos a otros de forma violenta, demuestra una degeneración tal, que a este sustantivo para nada se le puede aplicar el adjetivo de limpia.

Dicho esto, quiero expresar que no tengo mejor modo de comunicación que utilizar la famosa expresión para dirigirme a los dirigentes del PP, que están llevando a cabo una verdadera cruzada contra todo el aparato judicial del país que no les beneficie en sus teorías de la conspiración. Es decir, en todo aquello que según su criterio les perjudique, respeto a la autoría del 11M y en las horas posteriores a la masacre, puesto que entonces ya tenían información más que sobrada para afirmar que los asesinos eran integristas islamistas y no miembros de ETA.

A partir de entonces toda la cúpula del PP tras su derrota en las urnas comenzó una “Guerra Sucia” contra el poder judicial, intentando crear sombras de dudas sobre la imparcialidad de los Magistrados, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y sobre todo aquello que no les fuera propicio para poder apuntalar su gran mentira. Esta suciedad llegó a su cumbre, cuando un destacado miembro del PP pidió que se anulara el sumario del atentado.

Por fortuna la democracia tiene vida propia y desde el principio arraigó y lo hizo con gran fuerza en nuestro país, del tal manera, que salvo excepciones de algún vocal del poder judicial, cabe creer y afirmar la independencia de la justicia.

Quizás en estos últimos días hayamos comprobado como esta Guerra Sucia que los dirigentes del PP libran contra las instituciones haya pasado a una nueva estrategia, la Guerra Sucia de baja intensidad. Ya no se trata de querer anular la totalidad del sumario, como en un principio, se trata por todos los medios de ralentizar el proceso de la justicia, que no es otra cosa que una ofensa a la ciudadanía, con todo tipo de argucias muchas de ellas grotescas: el empozamiento de las pruebas y todo lo que pueda servir y crear desconfianza en el veredicto final, que lo habrá antes o después, desde la imparcialidad de la justicia, les guste o no le guste al PP en pleno y a todos sus dirigentes.

El ácido bórico es un producto químico que dejó de usarse como condimento alimentario porque así lo dispuso en su momento el Ministerio de Sanidad y Consumo, hasta entonces este se había empleado para la conservación del marisco, para darles un aspecto más apetecible al producto y a día de hoy que yo sepa a ninguna gamba o cigala le estalló la cabeza, solíamos digerirla por vía estomacal, igual que los langostinos y a pesar de su retirada del mercado, que se sepa, nunca se produjo una enfermedad, y mucho menos una muerte.

Esta Guerra Sucia contra la verdad y las Administraciones Públicas, que lleva a peritos judiciales a falsificar pruebas e irrita a los dirigentes de la derecha más rancia contra el juez que les toma declaración y pone de manifiesto su presunto delito, en vez de la reprobación de los autores del mismo, habla por sí sola.

Cuando se haya dictado sentencia sobre los atentados del 11 de Marzo, los españoles sabremos la verdad, la verdad de nuestro sistema judicial y entonces posiblemente presenciemos, como se declara la guerra sucia a la sentencia, como antes se hizo con el sumario.