19 febrero 2006

Escudo de lágrimas

19 de febrero de 2006

Para mí, la libertad de expresión es uno de los derechos más representativos de los sistemas democráticos. La potestad de la persona a exponer sus pensamientos y opiniones por medio de la palabra, por escrito o por cualquier otro medio de reproducción sin cortapisas, constituye un derecho absoluto. Esta libertad encuentra sus límites en los derechos de los demás; en el respeto a su honor, a su intimidad y en el derecho social a que no divulguen ideas atentatorias contra el orden público, ni se haga apología del terrorismo.

Por todo lo anterior expuesto, entiendo que el señor Zaplana afirme que el presidente del gobierno haya dado la espalda a las víctimas del terrorismo o que haya tendido la mano a ETA; o que una señora en la concentración de apoyo al fiscal Fungairiño, convocada por una de las asociaciones de víctimas del terrorismo, porte una pancarta en la que se podía leer (cito textualmente) “Zapatero lameculos de los terroristas”, o que el presidente de esta asociación, el señor Alcaraz, pida la dimisión de la vicepresidenta del Ejecutivo, la señora M. Teresa Fernández de la Vega porque, según él, “pisoteaba los derechos de las víctimas”.

Lo que ya no me resulta tan claro es porqué me cuesta a mí tanto ejercer el mismo derecho que usan ellos para demostrar mi más absoluto desacuerdo. Posiblemente sea porque el dolor de las víctimas no me es ajeno, y mi respeto hacia las mismas me haga dar muchas vueltas a cualquier palabra hasta que al final esta es expresada; o que incluso esté tentada a pedir disculpas si falto hiero la sensibilidad de alguien en el algún momento del ejercicio de mi derecho a la libertad de expresión.

Nuestra democracia nació con un terrible lastre heredado de la dictadura: la organización terrorista ETA. En una ocasión, el señor Anasagasti dijo que “ni el mismo Franco” había podido acabar con ella. Craso error de planteamiento: si el régimen no fue capaz de suprimir a ETA por la sencilla razón de que este abominable engendro había sido una creación del Generalísimo y de sus cuarenta años de dictadura.

A este problema generado en el Franquismo habrá que buscarle una solución en democracia. En cuál puede ser esta no quiero entrar en estos momentos; sin embargo, en lo que sí quisiera entrar es en las palabras del señor Presidente de Víctimas del Terrorismo, el señor Alcaraz. Una afirmación tan grave como la que usted ha realizado debe ser apoyada por algún tipo de prueba, ya sea verbal, escrita o a través de cualquier otro medio; cosa que usted no ha aportado. Por todo esto, en uso legítimo de mi libertad de expresión, me gustaría dedicarle algunas palabras.

En primer lugar, deseo aclararle que mis siguientes afirmaciones van dirigidas exclusivamente a usted y, en ningún caso ni bajo ningún pretexto, a la asociación que usted preside. Después esto, continuo con mi alocución: el ampararse en el dolor de los demás, el protegerse con el sufrimiento de las víctimas para hacer afirmaciones como estas sin pruebas, constituye un acto de cobardía y mezquindad ilimitadas. Cobardía porque no hizo usted lo mismo cuando gobernaba el señor Aznar y se establecieron negociaciones con la banda terrorista. Mezquindad, porque manipula a las víctimas y su debilidad para utilizarlas como pantalla de protección hacia cualquier crítica.

Las lágrimas que se han vertido por culpa los asesinatos se me antojan como algo interminable, un dolor sin fin. Para usted señor Alcaraz, al margen de cómo se sucedan los acontecimientos, deben de haberle parecido pocos.

Quizás unas cuantas víctimas más le parezcan insuficientes si estas no le ayudan a conseguir sus fines políticos. Al igual que heredamos a ETA, señor Alcaraz, como consecuencia de la dictadura fascista, tenemos que cargar con usted, producto tardío de la misma que llega hasta nuestros días.

5 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Buena prueba de lo que dices en este texto es que, cuando el señor Fungairiño se negó a tramitar la extradición de Pinochet para que fuera juzgado por genocidio, el presidente de esta asociación no convocó ninguna manifestación, ni se hicieron declaraciones al respecto. Lo cual evidencia su falta de compromiso con los derechos humanos.

12:03 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

¡Olé tú! Que no hay casi nadie que se atreva a meter mano a este asunto y diga las cosas bien altas y bien claras. Sigue así Plumilla, cuentas con el apoyo de mucha gente

7:24 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Los fascistas no tienen conciencia los demócratas si.

11:37 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

¿Cúal es el objetivo de la asociación de victimas del terrorismo?

Yo siempre había creido que su objetivo era acabar con ETA. Conseguir que nadie muriera por sentirse español y nadie matara por sentirse más vasco. Pero ahora, tras las últimas declaraciones de los máximos representantes de esa asociación, dudo mucho que ese sea su objetivo.

11:35 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Cuando empezó la legislatura, algunos defendimos que el PP no debería entrar en el Parlamento mientras Rubalcaba fuera el jefe parlamentario del grupo socialista. Un sujeto que tras su catastrófica trayectoria en Educación, tras su criminosa defensa del Gobierno del GAL y de todos los escándalos, fue capaz de acaudillar el golpe político-mediático del 13M es inaceptable como interlocutor para un partido cuyas sedes fueron asaltadas gracias a Rubalcaba, cuyos dirigentes fueron llamados asesinos gracias a los comandos Rubalcaba, cuya repugnante estrategia antidemocrática en la Jornada de Reflexión llevaba su marca de fábrica, mitad PSOE mitad PRISA, y cuya imputación a Aznar y el PP de ser los responsables políticos de la masacre y de mentir a los ciudadanos sobre la autoría de ella fue decisiva en la manipulación del más salvaje atentado de la Historia de España no es ni puede ser considerado un político más. El PP no debería haber tolerado que tuviera un solo cargo en el parlamento. Y si el PSOE se empeñaba en proclamarle caudillo, había que hacer su vida parlamentaria tan difícil como él iba a hacérsela al PP. No tuvieron valor y ahora, lógicamente, tendrán pavor.

La eliminación de Bono responde a la negociación con ETA, para controlar el material del CNI que, en cualquier coyuntura, puede cargarse los términos de la claudicación. Lo de menos era y es Defensa. El nombramiento de Alonso tiene esencialmente ese fin: el control de los servicios de inteligencia y su puesta al servicio del pacto con los etarras. Y en cuanto al nuevo Ministro del Interior, mezcla de Beria y Fouché, es la garantía de que la negociación con los terroristas etarras la hará el que tiene a su cargo a los presos y el que carece de cualquier escrúpulo moral para hacer mangas y capirotes del Estado de Derecho y para perpetrar a costa de la dignidad nacional lo que sea y como sea para seguir en el poder y destruir al adversario político o mediático. Que no es la ETA, por supuesto, sino el PP y la media España que representa.

Viendo el bodrio de Estatuto Catalán que Rubalcaba ha prohijado –antiliberal, antidemocrático y antinacional– podemos hacernos una idea de los pactos a que puede llegar con ETA. Si Alonso, al que no sé por qué ha tratado con tanta deferencia Rajoy, fue capaz de detener ilegalmente a dos militantes del PP por una supuesta agresión a Bono que jamás se produjo, ¿qué no hará Rubalcaba? Si Alonso sigue sin investigar los capítulos más sórdidos del 11M, empezando por la profanación de la tumba del GEO y continuando con la siembra de pistas falsas para extraviar al juez del Olmo, ¿qué no hará Rubalcaba para borrar todas las huellas de la masacre cuyas pistas se ha encargado de enmarañar y cuyo conocimiento de la trastienda criminal es sin duda mayor de lo que ha dicho y se nos ha dicho?

Este es un gobierno para el terror porque se ha hecho para entenderse con ETA y liquidar la investigación del 11M. Y produce terror entre todos los ciudadanos decentes porque se ha puesto la policía en manos del sujeto con menos escrúpulos de España. Los resultados los veremos muy pronto. Viendo los del pasado, del GAL al 13-M, no hace falta mucha imaginación para saber qué nos deparará el futuro: mentira sobre mentira, infamia sobre infamia y manipulación sobre manipulación. Rubalcaba es la verdadera cara de Zapatero, que a su vez es la sonrisa de Rubalcaba. Preparémonos para lo peor, que siempre será menos de lo que Rubalcaba es capaz de maquinar y perpetrar.

2:36 p. m.  

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