06 febrero 2006

Del AK-47 a las Torres Gemelas

6 de febrero de 2006


La barbarie suele ser la antesala del crimen; de todo aquello que atenta contra la razón, la dignidad y todos los derechos humanos.

No hace mucho, pude contemplar como un talibán afgano bajaba de un vehículo empuñando una AK-47 con una mano, aferrando a una mujer de la muñeca con la otra. Sin mediar palabra, tras obligarla a arrodillarse le pegó un disparo en la cabeza. Todo transcurrió en lo que parecía ser un estadio deportivo, ante cientos de espectadores. Las imágenes llegaron a nosotros gracias a la valentía de una periodista francesa, quien pudo dar fe de con qué frialdad se asesina a un ser humano a modo de escarmiento público, por el terrible pecado de ser mujer.

Ante estos hechos, ni Estados Unidos ni Europa respondieron. Se trataba de un asesinato étnico por razones de sexo. Ser mujer en ese país conllevaba la pérdida de cualquier derecho; una situación que superaba incluso la más fiera de las dictaduras que hayamos conocido en las últimas décadas. Sin embargo, no se hizo nada; no se creó un campo de refugiados políticos bajo el amparo de las Naciones Unidas como había ocurrido con casos parecidos.

Tuvo que acontecer la desgracia del 11 de septiembre en las Torres Gemelas para que algunos comprendieran que la barbarie engendra terrorismo y que este no tiene fronteras. Hubo que sumar a la muerte pública de una anónima mujer afgana tres mil almas más.

La respuesta a este terrible atentado fue invadir Irak, supuestamente por mantener conexiones con el terrorismo internacional y poseer armas de destrucción masivas. Ambas cosas se han demostrado falsas después de que fallecieran 35.000 personas aproximadamente a causa de la conflagración.

En ningún momento y en ningún caso, y por más que insistieran el señor Bush, Blair o Aznar, percibí amenaza por parte de aquel país, aunque sí sintiera una profunda repugnancia hacia un dictador como Sadam.

Ahora, revisando el informe de Amnistía Internacional me encuentro con que en Irán, en los últimos dos meses, se le ha dado muerte a dos hombres mediante ahorcamiento, por cometer el terrible delito de ser homosexuales. La misma angustia e impotencia que sentí cuando el suceso de la mujer afgana vuelven a mi memoria y recorren mis venas.

El primer ministro iraní es un integrista que pone en duda la existencia de los campos de exterminio de nazis y pretende hacerse con armamento nuclear. Creo que esto sí pueden considerarse armas de destrucción masivas. Rasanyani no es un dictador laico como Sadam, sino que es considerado por los islamistas como un hombre de Dios, lo cual le hace todavía más peligroso.
No obstante, la respuesta que se le ha dado no puede ser más tibia, a mi parecer. Quizás sea porque en la actualidad, tras la intervención en Irak, Estados Unidos no dispone de los medios necesarios para hacer frente de manera adecuada a la situación. Cabría preguntarse entonces si la administración Bush, con su intervención en Irak, alimentó a la bestia y, de un peligro ficticio, pasamos a uno real, habiendo dedicado al primero unos medios que tendrían que haber sido empleados en el segundo.

Mientras haya dirigentes como los que aparecen en la foto de las Azores, que no entienden que a la injusticia y al horror, aunque sean propiciados por el asesinato de una sola persona, hay que hacerles frente con todos los medios de que se dispongan, la barbarie seguirá ganando terreno, engendrando muerte y destrucción. O sea: terrorismo.

6 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Mis felicitaciones Plumilla.
Personas como tú son imprescindibles.

12:37 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Arderás en el puto infierno de los rojos, jodida plumilla

7:35 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Sigo suscribiendo tus escritos... Y no hagas caso del pillao ese

5:05 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Es como cuando los talibanes empezaron a derrumbar estatuas de Buda y la comunidad internacional puso el grito en el cielo. Muchos de nosotros pensamos "¿y qué pasa con las mujeres de ese país y el burka con el que debe cargar?" :S
El caso es que es cierto: el terrorismo es una bestia a la que se alimenta poco a poco... Menos mal que no somos sólo unos pocos los que pensamos así. Seguiré visitando este blog regularmente como vía de escape a tanta irracionalidad que nos rodea.

6:14 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

No deja de fascinarme ver cómo el señor Acebes se atreve a dar lecciones de moral y a descalificar a otros cuando debería estar siendo juzgado, por todas las mentiras que volcaba en los oídos de los españoles tras el atentando del 11 M. Es una vergüenza que esa persona inmoral continúe en la política de nuestro país. ¿Hasta cuándo se van a permitir este tipo de atropellos contra la democracia?

4:31 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

¿En qué quedamos? ¿Combatimos los regímenes islámicos donde se masacra a las mujeres y a los homosexuales o no?

Si se les combate, entonces somos Aznar y Bush; si no, también.

No hay quien os entienda a los progres. Es lógico, porque vuestro razonamiento se circunscribe a los eslóganes.

Mientras tantos seguid disfrutando de la seguridad de pertenecer el bando de Los Buenos. Y felices sueños.

3:07 p. m.  

Publicar un comentario

<< Home